martes, 11 de mayo de 2010

Palabras del Che:
No hay enemigo pequeño ni fuerza desdeñable, porque ya no hay pueblos aislados.
Cómo establece la segunda declaración de la Habana, ningún pueblo de América Latina es débil, porque forma parte de una familia de 200.000.000 de hermanos que padecen las mismas miserias, albergan los mismos sentimientos, tienen el mismo enemigo, sueñan todos un mismo mejor destino, y cuentan con la solidaridad de todos los hombres y mujeres honradxs del mundo. Esta epopeya que tenemos delante, la van a escribir las masas de indios, de campesinos sin tierras, de obreros esplotados. La van a escribir las masas progresistas,
de intelectuales honestos y brillantes, que tanto abundan en nuestras sufridas tierras de América Latina. Lucha de masas y de ideas. Epopeya que llevarán adelante nuestros pueblos, maltratados y despreciados por el imperialismo; nuestros pueblos desconocidos hasta hoy que ya empieza a quitarle el sueño. Nos consideraba rebaño impotente y sumiso, y ya se empieza a asustar de ese rebaño. Rebaño gigante de 200.000.000 de lartinoamericanos, en los que advierte ya a sus sepultureros, el capital monopolista yanqui.
La hora de su reinvindicación, la hora que ella misma se ha elegido, la vienen señalando con precisión, también, de un extremo a otro. Ahora esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el continente con una misma tristeza y desengaño!, ahora, esta masa es la que empieza entrar definitivamente en su propia historia, la empieza a escribir con su sangre, la empieza a sufrir y a morir. Porque ahora, por los campos y las montañas de América, por las faldas de sus sierras, por sus llanuras y sus selvas, entre la soledad o el tráfico de las ciudades, en las costas de los grandes océanos y ríos, se empieza a estremecer este mundo lleno de corazones, con los puños calientes de deseos de morir por lo suyo; de conquistar sus derechos, casi 500 años burlados por unos y por otros. Ahora sí la Historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilipendiados de América Latina, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre su Historia. Ya se les ve por los caminos, un día y otro, a pie, en marcha sin término de cientos de kilómentros, para llegar hasta los olimpos gobernantes a recabar sus derechos. Ya se les ve armados de piedras, de palos, de machetes, en un lado y otro, cada día, ocupando las tierras, afincando sus garfios en las tierras que les pertenece y defendiéndola con su vida!. Se les ve llevando sus cartelones, sus banderas, sus consignas, haciéndolas corre en el viento por entre las montañas, o a lo largo de los llanos. Y esa ola de estremecido rencor,
de justicia reclamada, de derecho pisoteado que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica. Esa ola, ya no parará más. Esa ola irá creciendo cada día que pase, porque esa ola la forman los más. Los mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la Historia, y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron.

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