sábado, 18 de julio de 2009

texto escrito el 25/4/07...(tras la lectura de Detectives Salvajes. De Roberto Bolaño)... eternidad.

Vayanse a dormir muchachos,
la vida y la muerte son tan largas que siempre se ha de encontrar un momento para el descanso
y de allí continuar, o tal vez detenerse y lo que para quien sea, es un descanso, para el otro es el mayor de las vigilias.
Los desprendo de mis caricias,
de mis ojos, de mis ansias, viéndolos figurarse en años de años de años...
Yo me voy. Mejor dicho, ustedes quedan.
Inmunes a mi pasaje. Sin enterarse.
Son eternos redundantes. Viajeros de sus propios sueños.
Yo me creo en ustedes.
Yo me figuro. Me pierdo, me maravillo de tan palpables almas.
Es que todos estamos perdidos.
Y todos estamos en el camino correcto. Sin trampas. Sin trabas... deslizándonos.
¿Cómo hacer cuando el recodo de una sombra, te enseña más que tanta realidad infructuosa?.
¿Cuando te enseña el silencio de un ser creado por otro, este real, pero ya imposible de palabra?.
Cuando todos los dilemas existenciales de un tipo cualquiera se figuran en millares de facetas representadas: corriendo, como hormiguitas, iguales a estas palabras, sobre 609 páginas, que no son páginas; son mundos explotando, son países y países danzando ante nuestros ojos y bajo los pies de otros.
Otros, que son cachitos de este tipo que es parte ya sin quererlo de vos, porque esos dilemas, también son de uno, porque la figuración también es uno, y el viaje se sucedió en nuestras venas.
Amamos en hoteles pobres.
No comimos. Dormimos en celdas. Escapamos en Impalas. Nos desconocimos y nos reencontramos en palabras de otros.
Jugamos, reímos, creímos en todo y en nada...
Se nos escaparon los límites.
No dimos explicaciones.
Existimos en cada cojida. En cada silencio, en cada palabra.
Poemas escritos. Poemas perdidos.Absurdos de esto: que somos lo que no somos.
¿Quién diría, que se es posible estar más acompañado por abstracciones, por inventos que fueron sueños de personas, que por aquellos que rodean lo que es "palpable"?
Magias de la literatura.
Magia de la claridad verbal de quien no le basta lo que solamente se recorre.
Tenemos algo que decir. Digámoslo entonces, con nuestras palabras que luego son de otros.
Siendo en nosotros y en ellos.
Genealidades magistrales.
No hay límites, tampoco claridad, hay espejos que rebotan el haz de luz,
hay personajes tan conocidos que parecen que te están abrazando. Tan solos, que basta con cerrar un libro para darles muerte.
Impúdica muerte. Falsa.
La creación vive por ser creación, más allá de quien la observe. Seguramente que se complete en el interlocutor, pero ni tanto, y es que seguramente lo traspase, lo deje absorto. Extrañando en sí mismo, en su limitado cuerpo.
Eso demuestra que es una buena obra.
Cuando sigue viviendo luego de que la hayan tratado.
Cuando se hace inmortal en el recuerdo, en el sentido.
Pues... el que muere probablemente sea el lector. El que nunca vuelve a ser el mismo.
El que se desconoce como simple lector, el que necesita de quienes ya no están.
El que se deja atrás y se reconstruye buscándose a tientas, en círculos, como perro mordíendose la cola.
Extasiado de algo indescriptible. Azorado de imágenes, ajenas pero propias. Él las delineó, las vivió, a cada paso que dejaban esos, otros(?)... amigos de palabra.
Retasos de una mente solitaria.
Demasiado grande.
Como el desierto, como lo indefinido, como el agradecimiento,
marea que va y viene.
Trago que nunca termina.
Gracias Bolaño.
Gracias Belano, gracias Lima, Gracias Madero. Font.
TODOS.
GRACIAS.

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